No.

Creo que no tengo palabras para expresar cómo me siento en este momento, porque ni siquiera yo lo entiendo.

No entiendo por qué las peleas llegan hasta mí

Sé que la verdad que no es un tema que dé mucho que hablar, ni al que darle importancia, porque cuando le damos importancia a las cosas que nos hacen mal, somos nosotros mismos los que nos lastimamos, entonces, por qué hablo de esto? Porque simplemente no me gusta dejar de lado mi blog, y busco temas sobre los cuales reflexionar y un lugar para descargarme.
No me gusta pelear, pero me dí cuenta de que si las cosas que tengo para decir, no las digo, se me hace un nudo en el estómago, y eso repercute en mi salud (es en serio eh). Puede ser que empiece a estornudad por la alergia, que me empiece a doler el estómago, o que me duela la cabeza, todo eso cuando me algo problema por algo. Entonces ahí viene el drama: que no le tengo que contestar a mi queridísima madre, porque es una falta de respeto, que no puede ser que siempre quiera tener la última palabra, pero es así, no lo hago a propósito, no lo hago para pelear, ni para lastimar, soy así. Me doy cuenta de que lastimo (a veces) con las cosas que digo, pero me hago mal yo misma cuando me las guardo, entonces, ¿A quién tengo que proteger?
Lo raro es que esto, fuera de mi casa, no me pasa. Quiero decir, que me puedo guardar ciertas cosas...creo que es porque tengo más confianza con mi familia, y no tengo la valentía como para putearme con mis pares, puede ser. Pero sin embargo, sin que yo quiera pelear, la gente me sigue mentiendo en pleitos en los que no tengo nada que ver, entonces ¿Por qué? 
¿Será que estoy destinada a superar mi cobardía, a confiar más en la gente para decirle lo que pienso (de buena forma) y poder salir de este círculo vicioso? 
Debería, pero siento que no tengo tiempo ni para respirar.

Dejen de etiquetar a las personas!

No, no estoy hablando de facebook. Estoy hablando de la manía que tiene la gente de ponerle etiquetas a los demás, de prejuzgar sin conocer, de herir conociendo el punto débil.
Vamos a empezar con un ejemplo fácil de comprender para muchos: el amor. Cuántas veces etiquetamos o fuimos etiquetados con frases tales como: "la novia de.." "la ex de..." "la que estuvo con.." siempre dependiendo de otra persona para poder ser reconocido, cuando en realidad,  no es así. Seguro que ya escuchaste en algún lugar : "cada persona es única e irrpetible, por eso tenemos que valorarnos como lo que en realdiad valemos" muchas personas no entienden esto, y tienden a lastimarse ( no voy a explayarme en esta parte porque la verdad que me tardaría otro post.) pero que esto es verdad, es indiscutible. Entonces ¿por qué? ¿Por qué en vez de prejuzgar no nos proponemos a conocer?¿ Por qué en vez de tratar de tener una opinión propia nos fiamos de las demás? 
Pero no era éste el tema principal al que me dirigía, sino los acontecimientos que ocurrieron en estos últimos días, y siendo gente que me conoce(la mayoría) , y/o siendo gente "mayor" (que supuestamente debería tratar de comprender las cosas más que verlas superficialmente) éso es lo que me inquieta, me hace sufrir (no tan en el sentido de la palabra).
¿Es que acaso no soy yo una persona normal? ¿Por qué será que no puedo tener mis propias metas, sin que haya gente que controle lo que hago y lo que dejo de hacer? Que si puteo: "AH! LA CATEQUIIIIIIISTA!" Que si subo por el ascensor, o tengo el pelo suelto: "AH! LA DELEGAAAAAAADA! Y ENCIMA, ABANDERADA!". Me encanta ser catequista, delegada, abanderada, pero eso no quiere decir que no sea una persona normal, que no me enoje y putee, encima estando con mis amigas, que no me guste tener media cola, y que me impida subir por el ascensor un viernes pasadas la una y media. Son ejemplos específicos (los que me acuerdo) y sé que pueden parecer nimiedades para algunos, pero si no tratan de conocerme, o si ya me conocen, de entenderme por todas las cosas que tengo que pasar, (no se encierren en pensar que para mí las cosas son fáciles, porque no es verdad) traten de ver más allá de su propio ombligo y de pensar antes de hablar.