Con que me hables ahora, sin decirme nada en especial, me di cuenta de
todo.
Como un amor platónico ciego y paralítico, en el cual no ves la realidad ni te deja moverte de donde estás. Te sentiste un ganador parado sobre mi corazón, usándolo a tu antojo y sintiéndote superior; teniéndome en tus manos y yo sumisa, haciendo de tus palabras mi religión. Esperando pacientemente que me hablaras de cualquier estupidez para sentirme querida, esperando inútilmente que tu alma sea mía. Ilusionandome con cuentos de hadas que nunca se harían realidad, vos riéndote tranquilo sin más nada que esperar.
Que irónico romance, y sin que nada alcance para atraer tu atención ( de otra manera ) , me rendí desesperanzada cayendo sobre la rivera, esperando que algún día apareza alguien que me quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario